Cada vez son más los clientes que se apartan del marketing tradicional, del clásico bombardeo publicitario y del ruido de marcas. Los clientes potenciales quieren sentir, tocar. Quieren marketing de experiencias. Este tipo de marketing ha estado al alza en los últimos años, tras observar la gran acogida del público consumidor. Esto obligó a las marcas a redireccionar sus campañas de marketing hacia la experiencia del cliente. Pero con la crisis del coronavirus hay muchas facetas de la experiencia de compra que están anuladas, entonces ¿cómo vamos a orientar el marketing tras el coronavirus?
El marketing de experiencias
Cuando el marketing evolucionó los clientes comenzaron a sentir las experiencias de los productos como proceso del propio conocimiento del producto. Conducir un modelo de coche que acaba de salir, experiencias inmersivas, escenificaciones de época para películas y series… Han sido exitosas campañas de marketing de los últimos tiempos centradas en un único objetivo: crear recuerdos agradables y memorables relacionados con el producto, crear una relación de bienestar con el producto incluso antes de haberlo comprado.
Pero entonces, llegó el coronavirus y todo cambió.
Enfocar el marketing tras el coronavirus
Nunca hemos vivido una crisis de estas características y una cosa es clara: va a haber un cambio significativo en el marketing tras el coronavirus. Está claro que el marketing de experiencias no se puede seguir desarrollando de la misma forma ahora, durante el confinamiento. Pero es muy probable que tras el confinamiento las bases del marketing de experiencias hayan cambiado, ya que es muy probable que las medidas de prevención sigan presentes en nuestro día a día.
Las inmersiones no serán tan reales, ya que las medidas frente al coronavirus seguirán ahí, dando un punto de realismo a la ficción, los aforos seguirán estando limitados, los procesos de desinfección se quedarán con nosotros.
Por estos y más motivos, lo más probable es que el marketing de experiencias evolucione hacia las experiencias en streaming y experiencias virtuales que hagan una simulación de la experiencia real que no se puede realizar de forma directa. Eliminar la experiencia presencial para vivirla de forma virtual.
La tecnología está en continuo avance, por ello no habrá dificultad en crear experiencias inmersivas online, incluso que cada cliente pueda personalizar el proceso de consumo. Todo un mundo por descubrir. ¿Qué opinas? Cuéntanos tus reflexiones en nuestras redes sociales.
Todo un reto para el marketing tras el coronavirus, llegar a los clientes con más fuerza que nunca.